jueves, 24 de mayo de 2007

Desmenuzando el Libro de Daniel (Parte 1)

Tomado de: http://www.2think.org/hundredsheep/bible/comment/daniel.shtml el 2007-05-24, y Adaptado y Traducido al Español por quien escribe.




Revelando a Daniel




El libro de Daniel ha sido por mucho tiempo un texto popular entre los futuristas, quienes ven en él la revelación del fin de los tiempos. Excluyendo al libro de Revelación (o Apocalipsis) del Nuevo Testamento, no hay otro documento que haya sido sujeto de más estudio, interpretación y especulación por aquellos ansiosos por devisar el curso del futuro. Su rica, y algunas veces oscura, abundancia en imágenes literarias y simbolismos han probado ser una fuente fructífera para otros apocalípticos, y los ecos de Daniel pueden ser encontrados en el "pequeño apocalipsis" de Marcos 13 y, desde luego, en el libro de Revelación.


¿Pero de dónde vino el libro de Daniel con la forma actual? ¿Daniel realmente revela el futuro o, como todos los demás libros del género apocalíptico, hace un registro del pasado?


Resumen de Daniel


Parece ser que el libro de Daniel fue escrito por uno de los judíos exiliados, llevados a Babilonia por Nabucodonosor. Ahí, con sus compañeros, Daniel impresionó al rey de Babilonia con su fe y su sabiduría, y rápidamente ascendió a una posición prominente en el reino babilónico.


El libro de Daniel puede dividirse en dos partes. Los primeros seis capítulo contienen historias legendarias sobre Daniel y sus compañeros en Babilonia, y más tarde, bajo los persas. El resto del libro detalla una serie de visiones que Daniel recibió. Estas visiones relatan el fin de los tiempos, como el autor lo vio, revelando el eventual triunfo de Dios sobre las fuerzas de la oscuridad, el bien sobre el mal.


¿Quién era Daniel?


Una legendaria figura con el nombre de Daniel es mencionado en el Antiguo Testamento en Ezequiel 14:14,20 y 28:3. Sin embargo, como la pronunciación del nombre de este Daniel difiere de aquél del libro de Daniel, y considerando que este Daniel es mencionado en compañía de figuras tales como Job y Noé, muchos académicos sospechan que Ezequiel se refería al mítico héroe cananeo con el nombre de Danel, conocido a nosotros por medio de los textos de Ras-Shamra, encontrados en Ugarit en el norte de Siria.


Fuera del libro de Daniel en sí, no hay otras referencias tempranas a Daniel, un judío en la corte de Babilonia. Un análisis de la literatura judía intertestamental revela que no hay referencias al libro de Daniel que puedan datarse con anterior a la rebelión de los Macabeos, un hecho que afecta significativamente el debate que rodea a la fecha del libro.


El autor de Daniel


Aunque en el mismo libro se reclama la autoría a Daniel en Babilonia, evidencias internas y externas revelan que fue escrito en Jerusalén alrededor del año 164 A.C. Técnicamente, el libro pertenece a la clase de textos conocidos como pseudoepigrafía, debido a que es atribuido a una figura legendaria, mientras que en realidad fue escrito mucho tiempo después por un autor desconocido. Otros libros en este género incluyen al Primero de Enoc, la Asunción de Moisés, y el Apocalipsis de Juan, aunque este último fue escrito con mucho menos tiempo de diferencia.


Una pregunta que naturalmente emerge es cuántos autores tiene el libro de Daniel. (Como todos los manuscritos tenían que ser escritos y copiados a mano, no era inusual que un libro sufra posterior expasión y edición, un proceso casi imposible en la era de la prensa). Algunos académicos proponen al menos dos autores, basados en el hecho de que el libro de Daniel fue escrito en dos lenguajes originales: arameo, desde 2:4b a 7:28, y hebreo para el resto. (La Septuaginta, y consecuentemente las versiones Católicas Romanas del libro de Daniel, incluyen algunas secciones no encontradas en las versiones hebrea/aramea. Estas secciones fueron escritas en griego, y consisten en las leyendas del Dragón, la Oración de Azarias y el Canto de los Tres Jóvenes. Como estas secciones han sido, obviamente, adiciones posteriores al texto, no se considerarán aquí). Otros académicos prefieren un autor, indicando que su autor incluyó leyendas orales del Daniel mítico en la primera sección del libro, y escribió el resto él mismo. Como esta es una pregunta complicada y, por último, no respondible, este estudio asumirá un solo autor. Debe tenerse en mente, sin embargo, que este podría no ser el caso.


Contexto histórico


El libro de Daniel encuadra varias centurias de historia en sus páginas. Ocasionalmente, como se verá, esta historia no puede ser reconciliada con los hechos conocidos, que provean una pista para fechar al verdadero autor. Para establecer la escena, es necesario un sobrevuelo de la historia del Medio Oriente, como afectó a los judíos.


La historia comienza con la conquista de Jerusalén por Nabucodonosor, rey de Babilonia. Esta historia está registrada en 2Re 24, y 2Cr 36 (también en porciones del libro de Jeremías). Desafortunadamente, estas dos secciones no son completamente compatibles, así que debe compararse con la historia babilónica. Jerusalén fue asediada alrededor de 597 A.C. Luego del asedio, Nabucodonosor tomó al rey judío Joacim y su familia a Babilonia engrilletados. En su lugar, instaló un rey títere, cuyo nombre era Sedequías, a gobernar Judea. Sedequías, eventualmente, se rebeló, motivando a Nabucodonosor a destruir la ciudad y el templo en 587 A.C., y deportar un gran grupo de la población.


Mientras Babilonia tenía control de Palestina, otras fuerzas estaban agitando el Asia Menor. Persia era, en ese tiempo, un estado vasallo de Media, bajos los reyes medos Ciaxares y luego Astiages. El historiador griego Herodoto registró una historia (posiblemente apócrifa) del nacimiento de un niño profetizado, llamado Ciro, que vivió entre los persas. A pesar de los intentos de Astiages de tener al niño ejecutado, Ciro sobrevivió y posteriormente condujo una revuelta de los persas contra sus amos medos. En 550 A.C., Ciro derrotó a Astiages, y tomó control del Imperio Medo. Habiendo ganado el control de Media, Ciro puso su vista en Babilonia, y tomó la ciudad capital en 536 A.C. Entonces, Ciro permitió a los judíos cautivos retornar a su patria y empezar a reconstruir la ciudad, como está registrado en los libros de Esdras y Nehemías.


Los persas dominaron Asia y el Medio Oriente por más de dos siglos. Durante este tiempo, la religión persa tuvo un efecto profundo en el judaísmo, y consecuentemente en el cristianismo, introduciendo conceptos tales como Satán (llamado Ahriman en la religión persa), y el Cielo y el Infierno (los judíos, hasta este punto, no tenían creencias discernibles en otra vida).


Eventualmente, el último rey persa, Darío III, fue conquistado por los griegos, Alejandro Magno, en 333 A.C. Alejandro mismo murió aproximadamente 10 años después de este punto (algunas leyendas dicen que contrajo malaria). Después de su muerte, el recién ganado imperio fue distribuido entre sus cuatro generales: Casandro, Lisímaco, Ptolomeo y Seleúco. De éstos, los últimos dos establecieron dinastías: Ptolomeo en Egipto, y Seleúco en Siria, que continuaron luchando por el control de Judea por los próximos siglos. De la línea de los selyúcidas, apareció una persona particularmente reprensible con el nombre de Antíoco IV Epífano. Antíoco instituyó la política de forzar la helenización de Judea alrededor de 170 A.C. Prohibió la práctica del judaísmo, declaró fuera de ley la lectura del Torah y la observancia del sacrificio diario y las fiestas anuales, así como el rito de la circuncisión, y finalmente profanó el Templo al eregir un altar a Zeus en el lugar santo, y sacrificando un cochino en el altar judío. (Todo esto registrado en los libros deuterocanónicos de I y II de Macabeos).


Las atrocidades de Antíoco condujeron, inevitablemente, a una revuelta. Después de la muerte de Antíoco en 163 A.C., los judíos se rebelaron contra los griegos bajo el liderazgo de los Macabeos, quienes establecieron una dinastía Jasmoneana, y ganaron autonomía para Judea de los griegos. Esta autonomía terminó con la llegada de los romanos en 63 A.C., y no fue reestablecida hasta 1948 D.C.


Fechado de Daniel


Teniendo el contexto histórico de Medio Oriente en mente, se puede aproximar la pregunta de cuándo fue escrito el libro de Daniel. El libro se clama ser trabajo de un judío exiliado en Babilonia, durante el período de 586 a 536 A.C. aproximadamente. Como se verá posteriormente, un análisis del libro revela hechos interesantes.


El primer punto es que no hay mención alguna del libro de Daniel antes del II A.C. Como Artur Weiser explica:


"El libro de Daniel es ubicado primero en la literatura tardía; no es mencionado en la "oración a nuestros antecesores" en Ecclus. 44 ss., pero por primera vez en Oráculos Sibilinos III, 338 ss. (aproximadamente 140 A.C.) y en Primera de Macabeos 2:59 ss. (alrededor de 100 A.C.). (Einleitung in Das Alte Testament, 1961, pg 315, traducido al inglés por Dorothea M. Barton.). La fecha de los Oráculos Sibilinos III no tiene controversia. En consecuencia, puede decirse con cierta seguridad que la más temprana referencia indisputable al libro de Daniel ocurre en el libro de I Macabeos (2:60), fechado a partir de evidencia interna aproximadamente en 100 A.C. Las copias manuscritas más tempranas conocidas de un fragmento de Daniel serían probablemente 4QDan de Qumran, también fechados aproximadamente en 125-100 A.C.


El segundo punto es que la historia de Daniel sobre el exilio y la caída de Babilonia está en contraposición con los hechos históricos conocidos. Además, parece estar confundido sobre los detalles del reino de los reyes persas. En contraste con esto, el registro de Daniel sobre los griegos, y Antíoco en particular, es detallado y extremadamente preciso, hasta un punto. Este punto es 164 A.C. Después de este punto, Daniel predice posteriores altercados entre Antíoco y Ptolomeo (el rey egipcio) que nunca tuvieron lugar. El sentido común nos dice que el libro fue escrito poco antes de la muerte de Antíoco, durante una severa persecución al pueblo judío.


Y ahí yace el propósito del libro de Daniel. Como su contraparte del Nuevo Testamento, la Revelación de Juan, Daniel fue escrito para fortalecer al pueblo durante un tiempo difícil. Mientras que Juan escribió a los cristianos bajo la persecución de Domitano, Daniel escribió a los judíos durante la persecución de Antíoco. Desarrollando su historia como una serie de predicciones, Daniel esperaba mostrar los sufrimientos presentes de su pueblo como si fueran parte del plan de Dios para su pueblo. Si el autor podía convencer exitosamente a sus lectores de que era hábil de predecir con exactitud el futuro, podría convencerlos de que las predicciones de la muerte de Antíoco y el establecimiento del reino de Dios eran predeterminadas e inevitables.


Cuánto éxito tuvo Daniel en su cometido es materia de especulación. Aunque influenció a los apocalípticos, su trabajo fue largamente ignorado por la corriente judaica de su tiempo. Finalmente encontró un nicho en el canon judío, pero fue puesto en la sección llamada Las Escrituras. Esto no estaba de acuerdo con su status de libro profético.





(Continúa...)


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